sábado, 9 de abril de 2011

Jueves Santo en Málaga

Jueves Santo. El día grande, el día más esperado por la gran mayoría de los malagueños enamorados de su Semana Santa. Comenzamos con el almuerzo recién terminado en la Iglesia de San Felipe Neri, templo desde donde sale el cortejo de la hermandad de la Santa Cruz con su única titular, Nuestra Señora de los Dolores en su Amparo y Misericordia, sola junto a la cruz en la que ha sido crucificado su hijo y portando en sus manos la corona de espinas que ya le ha sido retirada. Los nazarenos bajan por Dos Aceras y Carretería para adentrarse en la estrecha Arco de la Cabeza, lugar recomendable para contemplar a la Virgen. Muy cerca de allí, en Puerta Nueva, y cuando ya son las cinco en punto de la tarde, vemos a varios nazarenos de rojo que anuncian que Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena va a salir desde su casa hermandad en su enorme trono, pues le acompañan sus doce discípulos sentados junto a la mesa: a su izquierda, San Pedro; a su derecha, San Juan; y el último de la fila de la izquierda, Judas Iscariote, rechazando la mirada al Señor y con una bolsa de 30 monedas en sus manos que servirán para traicionar a Jesús. A continuación, y en un trono no menos grande, sale María Santísima de la Paz, esbozando una sonrisa en su cara, pero dejando caer también algunas lágrimas temerosa ante lo que va a suceder.
Por calle Carretería, se aproxima la tercera cofradía de este Jueves Santo, la de Viñeros, con sus dos titulares: Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros, inconfundible sobre su trono de carrete y vestido con una túnica de color burdeos, y Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros, en un pequeño trono sin palio y adornado por varios racimos de uva, como se deduce del nombre de esta corporación. Nos vamos ahora a la Alameda, puesto que ya está allí el trono de Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena avanzando con varios arreones hacia adelante y hacia atrás acompasados con las marchas que interpreta la agrupación musical que le acompaña; además, se cruza con el trono de María Santísima de la Paz, que avanza por el lateral norte de esta vía para incorporarse al recorrido oficial en una difícil curva de 180º iluminada por los rayos del sol. Nos damos un paseo tranquilo hasta la Catedral para presenciar la estación de penitencia de Nuestra Señora de los Dolores en su Amparo y Misericordia y luego a la salida por la recoleta calle San Agustín, donde el recogimiento de esta hermandad es aún mayor.
Volvemos a la Alameda Principal para contemplar el desfile procesional de Mena, encabezada por una numerosa representación de la Legión Española, que acompaña a su Santo Protector, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, y al que le cantan 'El novio de la muerte', sin duda alguna la letra más escuchada en nuestra Semana Santa ("Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tal leal compañera"). Y si la Legión va con el Cristo, la Armada Española es la que acompaña a Nuestra Señora de la Soledad, con las manos entrelazadas y con la reconocible toca que le cae por su manto negro, para cantarle la 'Salve marinera' ("¡Salve!, Estrella de los mares, de los mares iris, de eterna ventura. ¡Salve!, ¡of, Fénix de hermosura! Madre del Divino Amor"). Retornamos a las naves de la Catedral para recibir a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros, de cuya mano cuelga la llave del Sagrario, y a su madre, Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros, que derrama lágrimas al ver a su hijo sufrir llevando la cruz sobre su hombro. Y, de nuevo, deshacemos el camino para ir a la Alameda, por donde debe divisarse la cruz guía de la hermandad de Zamarrilla, la de la leyenda del bandolero. En primer lugar, recibimos al Santísimo Cristo de los Milagros, primer crucificado que tallase Palma, y en apenas un par de meses, todo un milagro, mientras que detrás de él viene María Santísima de la Amargura, la de la rosa teñida de rojo cruzada por un puñal, la que mira al cielo en busca de consuelo para apaciguar su amargura, la del manto rojo sobre un trono de plata.
Acudimos seguidamente a la Plaza del Obispo, un marco incomparable y único con la fachada principal de la Catedral de Málaga para ver a Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, 'El Chiquito', caído en el suelo por el peso de la cruz, pero que intenta levantarse apoyándose sobre una piedra para que se cumpla lo que está escrito; detrás viene Nuestra Señora del Gran Poder con su rostro entristecido y surcado por varias lágrimas que brillan como la plata bordada en su manto negro. En nuestro recorrido de vaivén, regresamos a la Alameda Principal para recibir al cortejo de la Esperanza, que recorre las calles de Málaga sobre un camino de romero cuyo olor se mezcla con el del incienso. Cuando el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso se encuentra en medio de la verde bóveda de esta céntrica vía, tiene lugar un triple cruce con los titulares cristíferos de las cofradías de Mena y Misericordia, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, que retornan respectivamente hacia sus casas hermandad por el lateral norte y sur de la Alameda; lo mismo sucede cuando María Santísima de la Esperanza Coronada se adentra en el recorrido oficial, pues a su encuentro vienen las titulares marianas de Mena y Misericordia, Nuestra Señora de la Soledad y Nuestra Señora del Gran Poder, respectivamente, la primera hacia Santo Domingo y la segunda hacia el Carmen.
El Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso llega a la Plaza de la Constitución y se da media vuelta para dirigir su mirada a la Reina de la Esperanza, que está entrando en calle Larios: "Se detiene la imagen soberana. Suena un clarín. La voz de una campana algo divino y mágico predice. Se oye un himno triunfal. La luna brilla. El pueblo emocionado se arrodilla, ¡y el Dulce Nazareno lo bendice!". Nos vamos corriendo a la Tribuna de los Pobres para no perdernos el paso de la hermandad de Zamarrilla por este enclave tan malagueño. El Santísimo Cristo de los Milagros sube ya por la Rampa de la Aurora al tiempo que María Santísima de la Amargura pasa a su altura por Puerta Nueva buscándole con la mirada. Pocos minutos después, se ve venir la furgoneta que va derramando romero por la calzada justo delante de la cabeza de procesión de la archicofradía de la Esperanza. El Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso avanza en su trono por Carretería hasta que llega a la Tribuna de los Pobres, porque allí vuelve a detenerse para bendecir por segunda vez al pueblo de Málaga separando su brazo derecho del madero que porta sobre su hombro. María Santísima de la Esperanza Coronada navega por las calles de la ciudad sobre su catedral andante, el trono más grande que uno se pueda imaginar, el más pesado de nuestra Semana Santa y que es llevado por casi trescientos hombres de trono que arriman el hombro para levantar a la Reina de Málaga, la del manto verde.
Ya son las casi las seis de la mañana. Los dos tronos llegan a las puertas de su casa hermandad, donde son bailados con varias marchas procesionales entre un mar de gente que no quiere perderse un encierro único e indescriptible. Primero entra María Santísima de la Esperanza y luego el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso, y ya dentro vuelven a ser mecidos hasta que finalmente los tronos reposan en el suelo a la espera de un nuevo Jueves Santo. Aunque la jornada ha acabado oficialmente, nos encontramos por las calles del centro al Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, uno de los titulares cristíferos de las Reales Cofradías Fusionadas, que acude a la Catedral en un rotundo silencio que sólo se rompe por los rezos de los nazarenos que le acompañan.
Termina aquí mi particular visión del Jueves Santo de la Semana Santa de Málaga, no sin antes incluir un vídeo realizado con fotografías que tomé el pasado año en dicha jornada. La marcha elegida para amenizar la sucesión de instantáneas es 'Caridad del Guadalquivir'.


4 comentarios:

soledad dijo...

MUY BONITO.eL JUEVES SANTO MALAGUEÑO.Ya solo te queda el Viernes.Espero que tu padre se encuentre mejor,aunque si le estan dando radio o quimio se pasa un poco mal,tambien depende de cada cuerpo,hay que vivir el dia a dia. Fuerza y un abrazo muy fuerte.Saludos.

Rafalillo dijo...

El Viernes Santo lo publicaré la semana que viene. Me alegro de que te haya gustado.

Mi padre está bien, dentro de lo que cabe. Ya le han dado 10 sesiones de radio y una de quimio, y de momento sólo se le ha caído el pelo y ha tenido unos mareillos.

Gracias por interesarte ;)

P.D.: ¿por qué ahora comentas con menos frecuencia que antes?

soledad dijo...

LEO TODO lo que publicas,lo que ocurre es que ahora tengo mas trabajo y no me da tiempo de nada,tampoco quiero molestarte en cuanto al estado de tu padre.Como veo que te gusta te hare comentarios de vez en cuando. Saludos.Feliz Semana Santa.

Rafalillo dijo...

Ok, no pasa nada, si lo importante es que te siga gustando lo que escribo, pero es que me ha resultado curioso que antes me escribías casi cada día y ahora casi nada.

Tú pregunta por mi padre lo que quieras. Mientras puedas preguntar por él es buena señal ;)